Vamos
a continuar para que la retirada del pañal de nuestro/a hijo/a sea completa, y
para esto nos queda el pañal de la siesta y el de la noche.
Antes
de retirar cualquier pañal, ya hemos visto que el niño tiene que estar
madurativamente preparado para ello, siendo capaz de mantener el pañal seco,
entre otras señales, lo que nos indica que tiene cierto control sobre sus
esfínteres. No se retira el pañal para que aprenda a controlar esfínteres, se
retira el pañal porque los controla, es decir, quien marca el momento es
vuestro hijo.
Durante
el día, es más fácil que los niños reconozcan las ganas que tienen de hacer pis y caca, y así puedan ir al orinal o
pedir que les llevéis. Cuando están dormidos, esas ganas de hacer pis les tiene
que despertar, y no siempre sucede. Esto también forma parte de su proceso
madurativo, el discriminar estas señales, y que sean capaces de despertarse
para, primero que les llevéis al baño y luego ya ir solitos, creciendo siempre
en su autonomía.
Mientras
esto sucede, ¿qué podemos hacer nosotros?
Vamos a empezar por el
pañal de la siesta. Las
siestas suelen durar 1-2 horas. Antes de que se tumbe a dormir, llevadle al
baño, y según se despierte, volved a sentarlo/a en el orinal. Cuando observéis
que durante una semana es capaz de mantener el pañal de la siesta seco, ya se
lo podéis quitar.
El
pañal de la noche suele costar un
poco más. Digo “suele”, porque como ya os he dicho depende de cada niño/a.
Igual que durante la siesta, antes de que se tumbe a dormir, llevadle al baño,
y según se despierte, volved a sentarlo/a en el orinal.
Cuando
llega este momento, normalmente los niños ya están cenando sólido o la leche en
papilla, así que tomarán menos líquido que cuando cenaban el biberón de leche.
La ingesta de menos líquido también les ayudará a aguantar la noche. Observad
si así mantienen el pañal seco durante toda la noche.
No
fue mi caso. Aunque había noches que dormían de un tirón y se levantaban secos,
la mayoría se les hacían muy largas, no aguantaban toda la noche sin ir al
baño. Tuve que recurrir a otra ayuda adicional, poniéndoles por la noche a
hacer pis. En ocasiones les llevaba dormiditos, hacían pis y les volvía a
acostar. En cuanto vi que no hacían nada, dejé de levantarles y esperé a
volverles a sentar por la mañana. En los días posteriores, había noches que me
llamaban para ir al baño, había noches que me llamaban porque ya se lo habían
hecho encima, y había noches que dormían de un tirón y se levantaban secos.
Cuando
observéis que durante una semana seguida se levantan secos, es el momento de
retirar el pañal de la noche. El que se despierten para pediros
que les llevéis al baño, es una señal fantástica de que son capaces de
despertarse solitos al sentir la necesidad y de esperar a llegar al baño para
hacerlo, es decir, es una señal fantástica de que controlan esfínteres.
Al
igual que con el pañal diurno, el que haya algún escape es normal: ante
situaciones nuevas (nacimiento de hermanos, separaciones o por tensiones
familiares….), que esté malito, cansancio emocional o físico…. Si esto sucede, es
importante que no les regañéis (ni
con palabras, ni con gestos) respondiendo con serenidad y cambiándoles con cariño,
que entiendan que es normal.